lunes, 21 de mayo de 2007

EL ESPEJO... por Hugo Roigé

Este cuento fue publicado en el foro de lectores de La Nación.com el 16-7-2006– El autor cuyo nick es Roilanz es nuestro conocido amigo Hugo... esta vez en una postura literaria muy seria y no menos atrayente...
Consigna: Relato de los años 1870 y la Conquista del desierto...
Esa mañana Nube Azul se levantó algo más temprano que de costumbre, y se dirigió a orillas del arroyo para acarrear agua para las tolderías. Era ella una joven quince años, muy bella y dulce...

Antes de juntar el agua en sus odres de piel de ciervo colorado, se contemplaba en las cristalinas aguas del arroyo y ese espejo le devolvía su hermoso rostro y su sonrisa angelical, que tanto cautivaba al caciquejo Ojos de Aguila.
Allí la vida transcurría en plena paz, salvo algunas diferencias con otras tribus. Pero ellos, los Ranqueles, estaban gobernados por su gran jefe, el Cacique Coliche, y él decidía los lugares en donde debían establecerse las tolderías, siempre buscando las regiones de mejor caza, requisito este indispensable para el sustento de su pueblo.
Esa misma mañana el cacique Coliche convocó a sus caciquejos y les dijo que era preciso ir hasta un lugar, conocido como Tres Lagunas, para cerciorarse de la presencia de hombres muy extraños que allí acampaban. Y esto lo sabía por informaciones de otras tribus amigas, que resolvieron, por precaución, adentrarse un poco más en el desierto...
Pero Coliche quiso quiso saber algfo más y designó a Ojos de Aguila para el solo hiciera una aproximación y volviera con la información, sin aventurarse a ser descubierto.-
Ojos de Aguila, antes de partir, se despidió de Nube Azul por quien suspiraba y era correspondido. Ella lo vio, partir en su caballo pinto de largas crines y sintió un extraño sentimiento de temor.
Llegó Ojos de Aguila a las cercanías de Tres Lagunas y ayudado por los grandes médanos que circundaban el lugar, observó una gran concentración de hombres casi todos vestidos igual, y muchos de ellos lustrando y limpiando palos largos sujetados por una correa. Su curiosidad lo, llevó a acercarse un poco más y a orillas de una de las lagunas vió a un hombre de piel muy blanca, que miraba muy de cerca una cosa cuadrada y plana, mientras se pasaba por la cara un cuchillo muy filoso. –De pronto de oyeron fuertes gritos y los hombres corrían de un lado para otro, y el que estaba a orillas de laguna también salió corriendo, dejando esas cosas allí.
Nuevamente la curiosidad lo tentó y fue a ver que era “eso”.
Lo levantó y vio su propio rostro reflejando en aquel objeto... y pensó: ¡que sorpresa se va a llevar Nube Azul cuando le regale esto!
Estaba tan absorto pensando en ella, que fue tarde cuando advirtió que el hombre de cara muy blanca había regresado, que le apuntaba con ese palo sujetado con una correa, y que escupió fuego.-
Ya de noche, Nube Azul se dio cuenta que Ojos de Aguila nunca regresaría...

El... se había convertido en la primera víctima de la Conquista del Desierto.

También Hugo publicó otros cuentos que me ha enviado y cumplo en publicarlos para aquellos que gustan de este tipo de entradas...

"ENCUENTRO INESPERADO"
Cuento publicado en el foro de lectores de La Nación.com el 22-7-06

Consigna: Encuentro imaginario entre dos personajes literarios. – autor “Roilanz”·
Estaban acodados al mostrador de la vieja pulpería, en un pequeño y viejo pueblo de la provincia de Santa Fe, Fontanarrosa y una de sus creaciones,: Inodoro Pereyra, este siempre acompañado por su inseparable Mendieta.
Vino va y vino viene, la conversación no salía de los carriles normales que ya estaban preestablecidos desde siempre. Que los loros, que las hormigas, que la china, y bla, bla, bla.
En eso unas figuras ensombrecen la entrada del ya oscuro recinto de bebedores, y Mendieta, siempre atento como buen perro que era, pegó un grito que pareció un ladrido lastimero: ”aura se arma!!! ”dijo, y comenzó a retirarse muy lentamente hacia una rinconera. Habían entrado a la pulpería nada menos que Patoruzú acompañado por su creador, Dante Quinterno. ¡Agarrate Catalina!
Se acodaron también al mostrador, en la otra punta, y pidieron ginebra. Pereyra, algo inquieto le preguntó a Fontanarrosa quienes eran esa extraña pareja, un blanco y un indio. Y recibió como contestación, en un susurro, “son la competencia”. Y que corren? La maratón? No tengo estado. Y si es natación no me anoto, ya me bañé el año pasado cuando me agarró el aguacero. Al truco podría ser. No Inodoro, dijo el “Negro”, la competencia escrita y también ilustrada.
Mendieta, casi sin voz, desde el rincón dijo: “mejor rajemos don Inodoro”.-
Patoruzú mirándolos de reojo, también le preguntó a Quinterno por el barbudo y el gaucho maloliente, y mirando hacia lo lejos, dijo, en voz casi inaudible, “son la futura competencia”.-

¡¡Muchísimas gracias Hugo por sus valiosos aportes!! Y también por leer habitualmente nuestro Blog... Estamos muy felices por contarlo entre nuestros colaboradores!!!!

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