miércoles, 12 de marzo de 2008

Semana Santa 2008 en Serrano...

Desde nuestra parroquia nos hicieron llegar esta información sobre cómo viviremos la "Semana Santa" en nuestro pueblo...


“Nuestro Señor Jesucristo, siendo rico, por nosotros, se hizo pobre”

Queridos hermanos, ya estamos próximos a celebrar la fiesta de las fiestas, PASCUA.

Jesús ha vencido a la muerte y se queda para siempre con nosotros.
Seguramente estarán recibiendo en sus hogares el programa con los horarios de las Celebraciones.

Es Jesús que nos espera en cada una de ellas… es Cristo mismo que quiere traernos vida y vida en abundancia.
Junto con el programa la parroquia acercó a cada hogar un tríptico con las imágenes del Beato Pascual Fortuño, el Cristo de las Santas Llagas y el Icono de Nuestra Señora de la Redención, tres fuentes de gracia y bendición de nuestro pueblo.
Busquemos juntos queridos hermanos, que la Pascua no sea una fiesta de calendario, un rito, sino un espíritu, una manera de ser y de vivir. Quiere decir que no basta creer que Cristo es la Vida, sino que hemos de esforzarnos para que Cristo viva en nosotros, “vida nuestra”. Y esto quiere decir, entre otras cosa que:
- Ya no hay lugar para la tristeza. Cristo, nuestra vida, te sonríe. Habrá si, todavía sufrimiento y pasión, pero ahora se puede poner luz y consuelo en el sufrimiento. Eso es la Pascua. Sé tú también sonrisa de Cristo para los demás.
- Ya no hay lugar para la desesperanza. Cristo nuestra vida, te ilumina y te sostiene.
- Ya no hay lugar para la soledad. Cristo nuestra vida te acompaña. Pregunta a Jesús: ¿Dónde está tu casa?. ¿dónde vives? Y él te contestará que vive en el alma del creyente, en aquel que lo busca y lo desea, en aquel que lucha por curar a un enfermo o superar una esclavitud. Aunque todos te abandonen, nunca te sientes sólo. Incluso aunque tu olvidaras a Cristo, él no te olvida.
- Ya no hay lugar para la muerte. Cristo nuestra vida, resucita en ti: Es verdad que la muerte nos rodea: ahí están las violencias de la guerra , el hambre, los accidentes, aborto, vicios, enfermedades. ¡ Cuanta muerte! Pero, Cristo ha resucitado y nos ofrece semillas de inmortalidad. Todas la muertes pueden ser redimidas, superadas y resucitadas. Esa es la Pascua. Nosotros tenemos que esparcir la semilla de Cristo, sembrar la vida, luchando contra la muerte, ser testigos de la resurrección
Durante los cincuenta días, la Iglesia celebra con especial énfasis la victoria de Cristo resucitado.
Los cristianos queremos que la noticia de la resurrección nos entre por los sentidos.
Con Cristo resucitado, todo empieza de nuevo:
- Si antes se vivía para morir, ahora se muere para vivir y se vive para más vivir.
- Si antes el amor era por un tiempo, lo más hasta la muerte, ahora el amor puede ser definitivo, porque es más fuerte que la muerte.
- Si antes el trabajo era un afán fatigoso, casi un castigo, ahora el trabajo será gratificante, instrumento para crecer, para crear y convivir, una bendición.
En Pascua queda el mundo viejo con sus guardias y sus sepulcros, con sus violencias y sus cruces, con sus poderes y sus esclavos, con sus mentiras y sus temores.
En Pascua estamos llamados a ser, sencillamente, testigos de la Resurrección de Jesucristo. Tenemos que demostrar que Cristo vive y que en nosotros es donde vive. Vive para el servicio a los hermanos especialmente a los más pequeños.
Ser testigos de Cristo es oponerse a cuanto signifique corrupción y pecado. Combatir la opresión, la injusticia, la violencia y cuanto nos esclaviza.
Quien nos abre de los sepulcros: no es la fuerza humana, es el espíritu de Dios el que abre los sepulcros y hace correr las piedras.
Sólo hace falta renovar la fe en Jesucristo, el Señor Resucitado.
Abramos en este tiempo de gracia el corazón a Cristo en cada una de las celebraciones y por la intercesión del Beato Pascual Fortuño y del Cristo de las Santas Llagas vayamos con alegría al encuentro con el Resucitado.


Además el día martes 18 de marzo se proyectará la película "SANTA MARÍA GORETTI" Esta es la historia de una niña santa, que nos enseña que la vocación por la santidad, es la vocación de todo bautizado.
Es una invitación a mirar a esta pequeña mártir y ser capaces, como ella, de defender la pureza del corazón y del cuerpo; esforzándonos por luchar contra el mal y el pecado, alimentando nuestra comunión con Dios mediante la oración.


¡NO TE LA PIERDAS!


Agradecemos la información suministrada por la Hermana Mariana Basualdo

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