jueves, 20 de septiembre de 2007

El "viejo Benavídez"

¡¡Infatigable Hugo!! Hacía un tiempo que no recibíamos aportes de nuestro querido corresponsal marplatense... (me refiero a HUGO ROIGÉ... ¡¡muchísimas gracias por este material!!)
Hace unos días recibí un mail con una nueva historia de esta zona que pinta a la paisanada... ¡siempre tan gracioso nuestro experto narrador y dibujante nos deleita con historias que nos hacen recordar a otros personajes que seguramente muchos traemos a la memoria... "Benavidez" de otros pueblos "del interior"!!

"En los años '40 al`60 yo supe ver al "viejo Benavídez", en mi pueblo natal, es decir: Coronel Charlone.
Este hombre pequeño, muy humilde y sumamente respetuoso vivía en una casita de adobes en las afueras del pueblo. Tenía muchos hijos y sobrevivía de algunas changas, por lo tanto siempre andaba el pobre con la "cincha muy ajustada". Una vez dijo que a él le gustaba mucho el puchero frío, pero que lamentablemente no podía comerlo; le preguntaron si le hacía mal al hígado, y respondió: " No, nunca queda, siempre se termina cuando está caliente".-
Como todo ser humano, el viejo Benavídez tenía una debilidad.La de él era El VINO...
Como siempre andaba muy escaso de circulante debía extremar sus recursos para conseguir del líquido elemento.
La ilustración muestra uno de sus ardides...

En Gondra, una estación de FF.CC, con un almacén de ramos generales al frente, algún que otro domingo mostraba su fiesta, con carreras cuadreras.
Nuestro personaje solía ir a pié desde Charlone - unos 8 kms -
Entre carrera y carrera existía un intervalo en el cuál el paisanaje se metía en el almacén a tomar unas copas y par hacer apuestas para la siguiente carrera.
Don Benavídez se paró un domingo en la puerta, viendo y escuchando y oliendo. Viendo la cantidad de botellas. Escuchando el ruido de los vasos y oliendo el vino. Tintos, blancos, claretes, moscatos...
Se metió las manos en los bolsillos, escarbando, pero nada. Solo pelusitas.
Y de repente le brillaron sus ojitos y pegó el grito con que la paisanada avisaba que habían largado los caballos: ELLOS SON Y SE VINIERON !!!. Fue un atropello de paisanos en la puerta, y nuestro viejito encaró el mostrador y se mandó al buche todos los contenidos de copas y vasos.
En la cancha los pingos todavía se estaban por acomodar…

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